Cuando los ciudadanos de un país en vía de desarrollo deciden emigrar en busca de un mejor futuro no solo están afectando su vida y la de sus familiares. Esa decisión puede tener un impacto en diferentes aspectos del país de origen, como el ingreso, la desigualdad, la calidad de sus instituciones, la educación y las oportunidades laborales. Uno de los aspectos que ha llamado recientemente la atención es el efecto de la emigración sobre el recaudo tributario de los países de origen cuando estos son países subdesarrollados. La emigración se traduce en una pérdida de capital humano que deja de contribuir fiscalmente en su país de origen y afecta el mercado laboral que enfrentan las empresas locales. Por otro lado, los emigrantes suelen enviar remesas que son utilizadas para consumo local sobre el cual también se pagan impuestos. Esto implica que el efecto de la emigración sobre el recaudo tributario local total dependerá de cuál de los dos efectos sea el mayor.
En un reciente documento de investigación en el que participa Jhorland Ayala, investigador del Banco de la República, se evalúa el impacto de la emigración sobre los ingresos fiscales en los países en vía de desarrollo entre el período 1990-2015. El resultado de la investigación es que la emigración genera un recaudo tributario mayor en los países en vía de desarrollo, pues el incremento del recaudo en impuestos al consumo es superior a la caída en el recaudo del impuesto a la renta.
Los autores utilizan datos quinquenales del Stock Internacional de Migrantes desde 1990-2015, según los cuales en 1990 se registraron 38 emigrantes por cada 1000 personas de países en vía de desarrollo y para 2015 esta cifra había aumentado a 60, reflejando una tendencia creciente de fuga de capital humano de países pobres a países ricos. Por otro lado, la información sobre ingresos fiscales proviene del Centro Internacional de Impuestos y Desarrollo, el cual contiene datos de recaudo tributario anual por tipo de impuesto.
Los resultados indican que un emigrante más por cada mil personas aumenta en promedio el recaudo tributario por habitante en USD 2,5. Sin embargo, los resultados varían significativamente de acuerdo con el tipo de impuesto. Por ejemplo, el impuesto a la renta que pagan las empresas se reduce con mayor emigración, mientras que el impuesto de bienes y servicios aumenta. Un emigrante más por cada 1000 connacionales puede aumentar la recaudación de impuestos sobre bienes y servicios per cápita en USD 4,6 mientras reduce la recaudación de impuestos a la renta per cápita en USD 0,9. Este último resultado es consistente con la hipótesis de que la emigración hace que las empresas del país de origen paguen salarios más altos para poder encontrar mano de obra calificada, dadas las características demográficas de los emigrantes, que son una porción de la población joven y generalmente con un alto nivel educativo.
Cuadro 1: El efecto de la emigración sobre el recaudo tributario en países en vía de desarrollo
Nota: Errores estándar robustos en paréntesis. *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1. Todas las estimaciones incluyen efectos fijos de país y de año. Se incluyeron controles adicionales como: PIB per cápita, población, apertura comercial, asistencia internacional para el desarrollo, inversión extranjera directa, inflación y tasa de cambio con respecto al dólar estadounidense.
(1) Total |
(2) Ingreso |
(3) Bienes y servicios |
(4) Ingreso personal |
(5) Ingreso corporativo |
|
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Tasa de emigración | 2,468*** (0,891) |
-0,939** (0,416) |
4,588*** (0,943) |
-0,123 (0,446) |
-1,218*** (0,392) |
Controles adicionales | Sí | Sí | Sí | Sí | Sí |
Constante | -125,417 (78,439) |
-35,692 (24,796) |
-232,001*** (66,398) |
0,470 (27,699) |
-13,026 (21,345) |
Los autores concluyen que sus hallazgos son consistentes con la evidencia empírica que sugiere que las remesas son un mecanismo importante a través del cual los países en desarrollo pueden aumentar los ingresos fiscales. Asimismo, concluyen que la emigración a los países desarrollados ha desempeñado un papel positivo importante en el aumento de los ingresos fiscales en los países en desarrollo.