Economías del Pacífico colombiano
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COLOMBIA ES EL ÚNICO PAÍS DE SURAMÉRICA con costas sobre el océano Pacífico y el mar Caribe, mientras Chocó es el único departamento colombiano que cumple con esta doble condición marítima. El litoral Pacífico tiene una costa de 1.300 kilómetros, que se extiende desde la frontera con Panamá hasta la frontera con Ecuador y abarca los departamentos de Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño. Por su parte, al Caribe colombiano lo componen ocho departamentos (siete continentales y uno insular) y 1.600 kilómetros de costas, desde los límites con Venezuela hasta Panamá, además de límites marítimos con Costa Rica, Nicaragua, Jamaica y otros países.
En el Centro de Estudios Económicos Regionales, CEER, del Banco de la República, Sucursal Cartagena, se ha estudiado la economía del Caribe colombiano desde hace más de diez años: su base económica, sus exportaciones, el rezago económico o la convergencia regional. Estos estudios llevaron a la pregunta: ¿cuáles son las similitudes y diferencias entre las economías del Caribe y del Pacífico, y éstas con las otras regiones rezagadas de Colombia? Para responder estos interrogantes se investigó la estructura económica y social de los departamentos de Chocó, Cauca, Nariño y el municipio de Buenaventura, en el Departamento de Valle del Cauca. Los resultados se incluyen en el presente libro. Estos documentos fueron escritos por cuatro economistas del CEER: Jaime Bonet realizó la investigación sobre Chocó; Gerson Javier Pérez escribió el capítulo sobre Buenaventura (Valle del Cauca); José Gamarra Vergara elaboró el del Cauca y Joaquín Viloria De la Hoz escribió sobre el Departamento de Nariño.
En el capítulo sobre el Chocó se resalta el auge relativo que vivió el departamento durante la tres primeras décadas del siglo XX a partir de la explotación de oro y platino y algunos productos forestales como el caucho, la tagua y la
madera. El dinamismo de la economía se redujo sustancialmente a partir de la década de 1940, en la que varios elementos jugaron en su contra: la alta dependencia de la minería del oro y el desplazamiento de la producción local por parte del comercio procedente de Antioquia una vez se abrió la carretera con Medellín. En términos geográficos o ambientales se encontró que la alta pluviosidad genera limitaciones en las actividades agropecuarias; además, la
mayor parte de los suelos están clasificados como de baja y muy baja fertilidad.
La pobreza de la economía chocoana se ve reflejada en indicadores sociales como el índice de necesidades básicas insatisfechas (NBI) del 79%, el más elevado de Colombia. Precisamente debido a la pobreza y la falta de oportunidades, el Chocó aparece como uno de los departamentos con mayor emigración de su población, compuesta en un 82% por afrodescendientes y 13% por indígenas. El artículo cierra identificando cinco elementos que han determinado en el transcurso de la historia el atraso relativo del Chocó: instituciones débiles producto del legado colonial; condiciones ambientales y geográficas adversas que afectan la productividad de los factores; baja dotación de recurso humano departamental; economía especializada en la minería aurífera y aislamiento económico con respecto al mercado nacional. El autor propone mejorar el capital humano departamental a través de inversiones en educación, salud y saneamiento básico; integrar el Chocó con el resto del país a través de vías de comunicación e impulsar el crecimiento sostenible de la economía departamental.
En el caso del Departamento del Valle del Cauca sólo se tomó el municipio de Buenaventura, por ser el único que tiene jurisdicción sobre la costa Pacífica. Éste es el municipio más pobre del Valle del Cauca, con un índice de NBI de
63%, tres veces superior al registrado en Cali, la capital departamental. En este puerto, el 89% de su población se autorreconoce como afrodescendiente.
Las condiciones climáticas de Buenaventura superan en ocasiones las de Chocó, con un alto nivel de humedad, precipitaciones cercanas a 7.000 mm y un alto porcentaje de suelos de baja fertilidad. La principal actividad económica
del municipio es su puerto, considerado el de mayor participación en el comercio exterior colombiano, que moviliza cerca del 50% de la carga nacional. Pese a su dinámica, el puerto presenta muchas dificultades en el calado del
canal navegable y las vías de acceso terrestres. La situación socioeconómica de Buenaventura se ha caracterizado históricamente por elementos geográficos (selva tropical, clima húmedo, altas temperaturas y tierras de baja fertilidad); el legado histórico-colonial (economía esclavista con instituciones caracterizadas por la desigualdad); y la presencia del puerto y sus actividades conexas. Pese a las limitaciones geográfico-ambientales y de capital humano, en el municipio existe potencial productivo en las actividades forestales, pesqueras y ecoturísticas.
El tercer capítulo se refiere a la economía del Cauca, departamento caracterizado por la ruralidad y la pobreza. En efecto, el 61% de su población vive en áreas rurales, el 43% se autorreconoce como indígena o afrocolombiano y la
mayoría está sumida en la pobreza, con un índice de NBI del 167% con respecto al de la media nacional. Aunque el problema de la pobreza afecta a todo el departamento, los peores indicadores se presentaron en la subregión del Pacífico y en las zonas rurales, donde alcanzaban el doble en comparación con las áreas urbanas. Otro de los problemas del Cauca es la desigual distribución en la tenencia de la tierra y la poca fertilidad de sus suelos.
En los últimos años el crecimiento de la economía ha sido inferior a la media nacional, al punto que el producto per cápita de un colombiano era de 1,8 veces el de un caucano. Por sectores se observa la pérdida sostenida de participación del sector primario y el aumento del sector gobierno. A partir de 2001 el sector industrial empezó a tener mayor importancia para la economía caucana, como una respuesta a los beneficios ofrecidos por la Ley 218 de 1995 (“Ley Páez”).
El último capítulo del libro está dedicado a la economía de Nariño, departamento ubicado en la esquina suroccidental de Colombia. Al igual que los otros trabajos, en este capítulo se compara la situación económica y social de Nariño
con parte de la periferia colombiana, como es el caso de los departamentos costeños del Caribe y del Pacífico. Los censos confirman la ruralidad de Nariño: en 2005 más de la mitad de la población vivía en zonas rurales, mientras que a nivel nacional el índice de ruralidad era del 24%. La pobreza de Nariño también está por encima del promedio de Colombia.
Por actividad económica, el sector agropecuario es el de mayor participación en la economía departamental, seguido por el comercio. El capítulo le dedica una parte a la economía de la subregión de Pacífico, la más pobre del Departamento de Nariño. La economía de la región costera del Pacífico nariñense se basa principalmente en la agricultura (agroindustria), la pesca, la actividad forestal y el turismo. Al final de la investigación, el autor recomienda que el departamento fortalezca los tres frentes de su economía: producción para el consumo nacional, mayor intercambio comercial con Ecuador e impulso de las exportaciones hacia otros países.
En síntesis, este libro nos propone centrar la mirada en las economías de los departamentos del Pacífico colombiano, caracterizados por unas condiciones difíciles de pobreza y ruralidad, así como por la fuerte presencia de minorías
étnicas (indígenas y afrodescendientes). Se puede observar que con excepción de Atlántico y Valle, los demás departamentos del Caribe y del Pacífico tuvieron un indicador de necesidades básicas insatisfechas (NBI) superior a la media
nacional. A mediados del siglo XX el geógrafo norteamericano Robert West (2000) señaló sobre el Pacífico colombiano: “la pobreza ha sido la característica más sobresaliente de la economía local en los últimos 300 años”. Esta situación de pobreza regional estuvo y está asociada al aislamiento geográfico, excesiva precipitación, elevada humedad y temperatura, falta de medios de transporte, escasez de tierras fértiles y proliferación de enfermedades endémicas. Pero estas limitaciones no pueden convertirse en un determinismo geográfico, por lo que los diferentes autores presentan recomendaciones que pueden ser útiles para impulsar el desarrollo económico de cada uno de los departamentos del Pacífico colombiano.