Migración y Crimenes Violentos: Evidencia de la Frontera Colombia-Venezuela

Tenga en cuenta

La serie Borradores de Economía es una publicación de la Subgerencia de Estudios Económicos del Banco de la República. Los trabajos son de carácter provisional, las opiniones y posibles errores son responsabilidad exclusiva del autor y sus contenidos no comprometen al Banco de la República ni a su Junta Directiva.

Autor o Editor
Brian Knight
Ana María Tribín-Uribe

La serie Borradores de Economía, de la Subgerencia de Estudios Económicos del Banco de la República, contribuye a la difusión y promoción de la investigación realizada por los empleados de la institución. En múltiples ocasiones estos trabajos han sido el resultado de la colaboración con personas de otras instituciones nacionales o internacionales. Esta serie se encuentra indexada en Research Papers in Economics (RePEc).

Fecha de publicación
Jueves, 23 julio 2020

Los resultados y opiniones contenidas en este documento son de responsabilidad exclusiva de los autores y no comprometen al Banco de la República ni a su Junta Directiva. 

RESUMEN NO TÉCNICO

Enfoque: para finales de 2019, debido a la crisis política y económica en Venezuela, cerca de 4 millones de venezolanos habían abandonado su país, de una población estimada de 28 millones en 2010, lo que representa una de las olas de migración más grandes de la historia. Colombia se ha visto desproporcionadamente afectada al recibir aproximadamente 1,8 millones de migrantes. Ante esta crisis, el Estado colombiano ha relajado los requisitos de entrada de venezolanos y ha otorgado permisos temporales. Esta ola de inmigración ha tenido un impacto negativo en la percepción de los venezolanos que se han establecido en este país: una encuesta de Invamer en Colombia encontró que el 62% de los consultados tenía una percepción desfavorable de los migrantes venezolanos, y solo el 31% tenía una percepción favorable. Además, el 54% de los encuestados estaban a favor de cerrar la frontera, y solo el 40% apoyaba la política de acogida a los venezolanos por parte de Colombia. Así mismo, una encuesta de OxFam del 2019 muestra que el 74% de los colombianos considera que la inmigración aumenta la delincuencia y la inseguridad.

Contribución: este documento investiga el vínculo entre la inmigración y la delincuencia violenta basándose en un análisis de las tasas de criminalidad en los municipios de Colombia antes y después de la ola masiva de inmigración de Venezuela que ocurrió durante la última década.

Abordamos estas dos preguntas de investigación específicas: 1. ¿La reciente ola de inmigración de Venezuela ha llevado a un aumento de la delincuencia violenta en las regiones afectadas de Colombia? 2. Si es así ¿este aumento involucró principalmente delitos contra los nativos o delitos contra los migrantes?

Para responder a estas preguntas de investigación, examinamos los patrones de delincuencia en Colombia utilizando variaciones tanto temporales como geográficas. Nuestra variación temporal implica el cierre (agosto de 2015) y la posterior reapertura (agosto de 2016) de la frontera con Colombia por parte del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, precipitando una ola de inmigración masiva que se aceleró en 2017 y alcanzó su punto máximo en 2018. La variación geográfica implica comparar municipios más cerca y más lejos de cinco cruces fronterizos clave a lo largo de la frontera entre Colombia y Venezuela.

Resultados: encontramos que hubo un aumento en los homicidios en municipios cercanos a los cinco cruces fronterizos después del cierre y posterior reapertura de la frontera en 2016. Estos resultados son similares cuando usamos otra explicación alternativa de la ola de migración, que se centra en que los períodos de hiperinflación en Venezuela fomentaron la diáspora venezolana. El aumento de la delincuencia cerca de la frontera alcanzó su nivel más alto durante 2018, cuando tanto la hiperinflación como la migración desde Venezuela también estaban en su apogeo.

Este aumento de homicidios en la región fronteriza, luego del cierre y posterior reapertura de la frontera, fue impulsado por crímenes contra venezolanos y víctimas sin registro de nacionalidad. Conjeturamos que esta segunda categoría involucra principalmente a inmigrantes indocumentados de Venezuela. No encontramos evidencia estadísticamente significativa de un aumento en los homicidios contra colombianos nativos. Este resultado está en contra de los temores sobre los peligros de la migración en donde se cree que los migrantes aumentan la inseguridad de los nativos.

En cuanto a los datos sobre arrestos, no encontramos evidencia estadísticamente significativa de un aumento en los arrestos en áreas cercanas a la frontera luego del cierre y posterior reapertura de la frontera. Estos resultados muestran que el aumento de los homicidios no viene acompañado de un aumento en arrestos por homicidios, lo que sugiere que es posible que algunos de estos crímenes queden sin resolver.