Reporte de Mercados Financieros - I trimestre de 2025
La principal función de estos documentos es suministrar información trimestral sobre los mercados financieros. Las opiniones y posibles errores son responsabilidad exclusiva del autor y sus contenidos no comprometen la Junta Directiva del Banco de la República.
Durante el primer trimestre de 2025 (1T25), la economía global comenzó a mostrar señales de desaceleración, contrastando con la resiliencia observada en periodos anteriores. Este cambio estuvo asociado a nuevas tensiones comerciales entre EE. UU. y sus principales socios, lo que generó una revisión a la baja en las expectativas de crecimiento global y un aumento en la percepción de riesgo por parte de los inversionistas. Adicionalmente, este reporte incorpora en el análisis los movimientos de los mercados durante los primeros días de abril, luego de los anuncios en términos de la política comercial de EE. UU. en dicho periodo.
Las expectativas de crecimiento global se ajustaron a la baja, especialmente para EE. UU. y sus principales socios comerciales, como resultado del deterioro en el entorno externo y de las crecientes tensiones comerciales.
- El ajuste en las proyecciones para las economías desarrolladas refleja la incertidumbre generada por los anuncios de política comercial realizados por la nueva administración estadounidense.
- El entorno financiero internacional estuvo marcado por una alta volatilidad, producto de la creciente incertidumbre en los ámbitos comercial y fiscal a nivel global.
- Esta incertidumbre se intensificó tras la implementación de nuevos aranceles por parte de EE. UU. a comienzos de abril, provocando reacciones adversas importantes en diversos mercados financieros internacionales.
- En lo corrido de abril se ha registrado un comportamiento inusual en los mercados: el dólar estadounidense se ha depreciado de forma sostenida, al tiempo que los rendimientos de los bonos del Tesoro (Treasuries) han aumentado, una combinación poco habitual en contextos de mayor aversión al riesgo.

La inflación continuó superando las metas establecidas por los bancos centrales en las principales economías desarrolladas, tras el repunte observado en el cuarto trimestre de 2024.
- En respuesta a este entorno, los bancos centrales de economías avanzadas adoptaron una postura de cautela en su política monetaria, reflejando la persistencia de las presiones inflacionarias y la incertidumbre global derivada de los cambios en política comercial.
- Algunos bancos centrales, considerando condiciones internas específicas, continuaron con recortes en sus tasas de interés, pese al entorno internacional incierto.
- Las expectativas de política monetaria se ajustaron hacia una trayectoria con mayores recortes en las tasas de interés, en un contexto de elevada volatilidad e incertidumbre sobre el crecimiento económico y la sostenibilidad fiscal.
- En América Latina, la inflación y sus expectativas mostraron un comportamiento heterogéneo, aunque en general se mantuvieron por encima de las metas fijadas por los bancos centrales de la región.
- En Colombia, aunque la inflación mantuvo su tendencia a la baja, presentó sorpresas al alza en enero y febrero que moderaron el ritmo de corrección y presionaron al alza las expectativas inflacionarias.

A nivel local, la Junta Directiva del Banco de la República mantuvo la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 9,5%, en respuesta a la desaceleración en la reducción de la inflación y sus expectativas al inicio del trimestre, y ante señales de mayor dinamismo en la actividad económica.
- Esta decisión reflejó una postura prudente frente a los elevados niveles de incertidumbre, tanto en el entorno local como internacional.
- Los mercados financieros en Colombia continúan anticipando recortes en la TPM, aunque estas expectativas se ajustaron hacia menores reducciones en comparación con lo proyectado a finales de 2024.
- En los primeros días de abril, las expectativas de recortes aumentaron ante la mayor percepción de riesgo global.

En los mercados de deuda, los bonos del Tesoro de EE. UU. (Treasuries) se valorizaron durante el 1T25, pero perdieron valor en abril tras los anuncios arancelarios de la administración estadounidense.
- En América Latina, la mayoría de los títulos soberanos se valorizaron durante el trimestre, en línea con los movimientos de los Treasuries y con las expectativas de mayores recortes en las tasas de política monetaria. Sin embargo, esta tendencia se moderó en abril como resultado del aumento en la aversión global al riesgo.
- A diferencia de lo observado en otros países de la región, los títulos de deuda colombianos continuaron su tendencia de desvalorización iniciada en 2024, reflejando la incertidumbre fiscal interna y acentuada en abril por la mayor incertidumbre externa.
- A pesar del contexto internacional desfavorable, los países emergentes continuaron recibiendo flujos positivos de inversión extranjera en portafolio durante el 1T25, extendiendo la tendencia favorable observada a lo largo de 2024.
- En Colombia, los inversionistas extranjeros revirtieron parcialmente su tendencia vendedora en Títulos de Tesorería (TES) observada desde 2023 y aumentaron su participación en el mercado de deuda pública local.
- En los primeros días de abril retomaron las ventas, en línea con la mayor incertidumbre global.

En el mercado cambiario, el dólar estadounidense se debilitó frente a las monedas de economías desarrolladas y emergentes durante el 1T25, como resultado de la expectativa de una desaceleración económica en EE. UU., el aumento de las preocupaciones fiscales y comerciales, y la posibilidad de menores tasas por parte de la Reserva Federal.
- Las monedas latinoamericanas se apreciaron durante el trimestre, apoyadas por factores internos como el ajuste de expectativas sobre política monetaria y movimientos de corrección en sus tipos de cambio.
- El peso colombiano se apreció en el 1T25, impulsado por la debilidad global del dólar y el atractivo que ofrecían las altas tasas de interés locales para los inversionistas internacionales (carry trade).
- En los primeros días de abril comenzó a depreciarse, presionado por la mayor incertidumbre global y la caída en los precios internacionales del petróleo.
