Fecha de publicación

En ejercicio del proceso de rendición de cuentas que exige la Ley, dos veces al año la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) presenta al Congreso un informe de la situación y perspectivas de la economía colombiana, y de los resultados de su gestión.

El Informe al Congreso más reciente se presentó el 28 de febrero. Allí se analizaron los resultados de la economía en 2024 y se discutieron sus perspectivas para 2025. Dicho Informe servirá de base para los debates en las comisiones económicas del Senado y de la Cámara con la presencia de la JDBR, que se llevarán a cabo próximamente. Dada su relevancia, y por considerarlo de interés para nuestros lectores, en este Blog se recogen los puntos esenciales de ese Informe con algunas actualizaciones sobre la evolución de la economía en los primeros meses de 2025 que se encuentran detalladas en el Informe de Política Monetaria publicado el pasado 5 de mayo.

Durante 2024 la economía colombiana prosiguió el proceso de ajuste macroeconómico iniciado en 2023, en el entorno de una política monetaria contractiva caracterizada por reducciones graduales y cautelosas de la tasa de interés de política por parte de la JDBR.

La inflación anual de precios al consumidor se redujo desde un nivel de 9,3% a fin de 2023 a 5,2% al cierre de 2024. Con este resultado la inflación acumuló una caída de 8,1 puntos porcentuales (pp.) frente al máximo observado en marzo de 2023. Del mismo modo, la medida de inflación básica, calculada como la inflación sin alimentos ni regulados, disminuyó de 8,4% en 2023 a 5,2% en 2024. Otros renglones importantes de la canasta del consumidor, tales como alimentos y regulados, también moderaron su ritmo de inflación. En el caso de alimentos la variación anual de precios se redujo de 5,0% a 3,3%, mientras que en el de regulados pasó de 17,2% a 7,3%.

La actividad económica alcanzó un crecimiento de 1,7% en 2024 que contrasta con el bajo dinamismo registrado en 2023 (0,7%). La mejora del crecimiento se dio en el marco de un fortalecimiento de la demanda interna apoyada por la reducción de las tasas de interés. A ello también contribuyó un entorno externo más favorable ante una disminución de las tasas de interés internacionales, un aumento de las remesas de colombianos en el exterior y un crecimiento de las exportaciones. En este contexto, el consumo privado adquirió una tendencia creciente para llegar a una expansión de 1,6% en 2024. Igualmente, la inversión en capital fijo mostró una recuperación al obtener un crecimiento de 3% en 2024, luego de la notable contracción de este rubro en 2023. Desde el punto de vista de las ramas de actividad, el crecimiento fue impulsado por la agricultura, el entretenimiento, el comercio, y algunos servicios del Estado como administración pública, salud y educación. Asimismo, la construcción presentó un mejor desempeño alentada por las obras civiles. No obstante, sectores productivos claves como la industria manufacturera y la minería se contrajeron, debido en este último caso a las caídas en la producción de carbón y petróleo.

El incremento en el ritmo de actividad económica se reflejó en un mercado laboral algo más dinámico, que permitió que el empleo alcanzara en diciembre de 2024 un crecimiento anual de 2,2% en el agregado nacional, lo que significó la creación de 508.000 puestos de trabajo. El dinamismo del empleo estuvo explicado, en mayor medida, por la recuperación de la ocupación en el área rural, donde el empleo creció 3,2% en 2024, cifra mayor a la observada en el área urbana (1,4%). Por sectores económicos, las mayores contribuciones a la variación anual del empleo provinieron de las ramas de comercio y alojamiento, manufacturas, administración pública, salud y educación. El empleo asalariado tuvo un incremento de 2,7% en 2024 hasta alcanzar 11,1 millones de ocupados en tanto que el empleo no asalariado registró un incremento anual más moderado del 1,8%. El mayor dinamismo del empleo asalariado se reflejó en una reducción de la tasa de informalidad, la cual se ubicó en 55,6% en diciembre de 2024. Como resultado del incremento de la ocupación y de alguna reducción de la oferta laboral, la tasa de desempleo se redujo levemente en el curso del año, con lo cual al cierre de 2024 se ubicó en 9,7% para el agregado nacional, según cifras desestacionalizadas. La reducción de la tasa de desempleo fue más marcada en las otras cabeceras y el área rural, en donde esta finalizó en 9,4%, mientras que en el área urbana se situó en 10%.

Otro resultado importante del proceso de ajuste fue la reducción del desbalance externo del país, lo que se tradujo en una disminución del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos de 2,5% a 1,8% del producto interno bruto (PIB) entre 2023 y 2024. Esta corrección se explicó por el incremento en los ingresos netos por transferencias corrientes, la reducción del déficit en la balanza comercial de servicios y los menores egresos netos del rubro renta de los factores. Los mayores ingresos netos por transferencias se explicaron por el aumento de las remesas recibidas del exterior, las cuales a fin de 2024 alcanzaron un valor históricamente alto de USD 11,8 millones, lo que significó un incremento anual del 17,4% y un monto equivalente a 2,8% del PIB. Por su parte, la reducción del saldo deficitario de la balanza de servicios obedeció al buen desempeño de las exportaciones de servicios que registraron un crecimiento cercano al 11% en 2024, en parte debido al buen dinamismo del rubro de viajes por el incremento del turismo, así como a la expansión de las ventas de servicios modernos, tales como comunicaciones, seguros, servicios financieros y empresariales, asociados con el mayor uso de las tecnologías de la información y comunicación. Finalmente, la mejora en el balance de la renta de los factores se explicó por la reducción de las utilidades de las firmas con inversión extranjera directa en Colombia, lo que se reflejó en menores egresos por remisión de utilidades al exterior. Las menores ganancias ocurrieron principalmente en las actividades de petróleo y carbón, en un entorno de menores precios de estos bienes básicos.

El Informe al Congreso también incluye una síntesis de la situación de las finanzas públicas a fin 2024. Si bien esta no depende de la gestión de la JDBR, es importante tenerla en cuenta porque el estado de las finanzas públicas influye sobre la efectividad y el margen de maniobra de la política monetaria. Según datos del Ministerio de Hacienda, el déficit del Gobierno Nacional a fin de 2024 fue de 6,8% del PIB, superior al déficit de 4,2% del PIB registrado en 2023. El mayor desequilibrio fiscal se explicó tanto por la caída de los ingresos totales en 2024 como por el incremento del gasto. La caída de los ingresos de la Nación obedeció principalmente a los menores ingresos tributarios (-2,2% del PIB) así como a la reducción de los ingresos petroleros por cuenta de los menores dividendos girados por Ecopetrol (-0,7% del PIB). Por otro lado, el incremento del gasto se concentró en las transferencias por el Sistema General de Participaciones (+ 0,6% del PIB), así como en los rubros de intereses de la deuda (+0,5% del PIB), seguridad social (salud y pensión) (+0,5% del PIB), y gastos de personal (+ 0,1% del PIB). El mayor déficit fiscal junto con la depreciación del peso al cierre de 2024, se reflejaron en un aumento en la deuda neta del Gobierno Nacional hasta un nivel de 60,0 % del PIB a fin de 2024, por encima del 53,8% del PIB observado en 2023. Este tamaño de la deuda supera el nivel ancla de 55,0% del PIB que establece la regla fiscal.

Como se deduce del resumen anterior la situación macroeconómica del país se fortaleció en 2024 según lo muestran la mayoría de los indicadores macroeconómicos. Esta tendencia positiva ha continuado en el primer trimestre de 2025. La inflación total siguió reduciéndose y en marzo se ubicó en 5,1% anual. Asimismo, la inflación básica sin alimentos ni regulados mantuvo su tendencia descendente y se situó en 4,8% en marzo. En cuanto a la actividad económica, su ritmo de crecimiento en el primer trimestre se habría acelerado hacia el 2,5% anual, superando la expansión del último trimestre de 2024 (2,4%). Lo anterior, en respuesta al dinamismo de la demanda interna jalonada por la expansión del consumo privado y de la inversión. Igualmente, los indicadores del mercado laboral continuaron mejorando. A fin de marzo el empleo alcanzaba un crecimiento anual de 4,7% en el agregado nacional y de 3,4% en las trece principales ciudades. Esto se reflejó en una reducción de la tasa de desempleo con cifras desestacionalizadas a 9,1% en marzo para el agregado nacional frente a 9,7% a fin de 2024.

En un horizonte de corto plazo se prevé una moderación del crecimiento como resultado del efecto negativo sobre la actividad económica global de los aumentos de los aranceles en los Estados Unidos. Acorde con esto, el equipo técnico del Banco de la Republica pronostica un crecimiento de 2,6% para 2025 y de 3,0% para 2026. El entorno externo actual, caracterizado por elevada incertidumbre y volatilidad de los mercados financieros, tiende a aumentar la aversión al riesgo. La economía colombiana es especialmente vulnerable a esta situación, en vista de su elevado desequilibrio fiscal. En este contexto, la política monetaria debe actuar con particular cautela, para continuar conduciendo la inflación hacia su meta y preservar la confianza de los mercados. Del mismo modo, los esfuerzos del Gobierno por sanear las finanzas públicas contribuirían enormemente en esta dirección.