Estabilidad reciente del desempleo y el estudio de los efectos de cambios en los costos de despido a través de un modelo macroeconómico - Reporte de Mercado Laboral
La serie de Reportes del Mercado Laboral (RML) es una publicación trimestral del Grupo de Análisis del Mercado Laboral (Gamla) del Banco de la República, creado en 2017. Las opiniones y posibles errores son responsabilidad exclusiva del autor y sus contenidos no comprometen al Banco de la República ni a su Junta Directiva.
El objetivo de esta serie es ampliar la discusión y entendimiento sobre la coyuntura del mercado laboral colombiano, ofreciendo información pertinente para el público en general. Adicionalmente, esta serie busca una mejor aproximación con las diferentes audiencias, sobre resultados valiosos de investigaciones recientes sobre este tema y pertinentes para la labor del Banco de la República como son los temas relacionados con la fluidez del mercado laboral, la tasa de desempleo estructural, los impactos de impuestos a la nómina, los pronósticos de la tasa de desempleo, e indicadores líderes del mercado laboral, entre otros.
Los datos de la Gran encuesta integrada de hogares (GEIH) indican que, tras un periodo de contracción, el empleo nacional se ha estabilizado en los últimos meses, alcanzando niveles cercanos a los 22,9 millones de ocupados en el trimestre terminado en mayo de 2024. Este comportamiento es el resultado de una mejora en las áreas rurales y otras cabeceras, mientras que el empleo urbano ha mostrado ligeros crecimientos. Así, la tasa de ocupación (TO) se ubicó en el 57,3 % en el mismo periodo, con una notable diferencia entre el área urbana (59,2 %) y las otras cabeceras y áreas rurales (55,2 %). Esta diferencia es, en parte, explicada por una recuperación más lenta del empleo en las áreas rurales, comparada con las áreas urbanas, durante el periodo pospandemia. En términos de posición ocupacional, el empleo asalariado ha mostrado un estancamiento durante lo corrido del año, mientras que el no asalariado ha experimentado ligeros crecimientos, lo que ha impulsado un aumento en la tasa de informalidad hasta el 56,2 % en mayo. La estabilización en el empleo asalariado y formal también se refleja en los registros administrativos, como los cotizantes a pensiones y afiliados a cajas de compensación. Otros indicadores de demanda laboral, como las vacantes y las expectativas de contratación, experimentaron un mejor comportamiento en los últimos tres meses lo que, a su vez, sugeriría un mejor desempeño del empleo en el futuro cercano. Por su parte, la tasa de participación laboral (TGP) se ha mantenido relativamente estable, con una estabilización en las otras cabeceras y el área rural, en línea con lo que ocurrió con la demanda laboral en este dominio. En cuanto a la tasa de desempleo (TD), durante los últimos meses se ralentizó el ritmo al que venía creciendo, y en el trimestre terminado en mayo se ubicó en el 10,5 %, tanto en el área urbana como en el área rural. Los pronósticos de la TD para 2024 sugieren una estabilidad relativa de la misma. Específicamente, se espera que la TD urbana se ubique entre el 9,7 % y el 11,3 %, con un valor más probable del 10,5 %. Por su parte, la TD del agregado nacional se proyecta entre el 9,8 % y el 11,4 %, siendo un 10,6 % la cifra más probable. Estos pronósticos reflejan, en conjunto, la mejor dinámica observada y esperada en el mercado laboral y en la actividad económica. Además, se espera que la brecha de la TD continúe cerrándose durante 2024, con una tasa de desempleo no inflacionaria (Nairu) promedio del 11,2 %, lo que sugiere una brecha levemente más negativa que la estimada en el reporte anterior, pero en línea con la mejora del mercado laboral. Como es usual, este reporte se divide en dos secciones. La primera analiza en detalle los hechos coyunturales del mercado laboral resumidos arriba. En la segunda se presenta una herramienta para estudiar los efectos de cambios en los costos de despido a través de un modelo macroeconómico. En particular, se encuentra que un aumento en los costos de despido tiene efectos negativos sobre la tasa de participación y la demanda de trabajo en el sector formal, junto con un efecto positivo compensatorio sobre el empleo en el sector informal. Dado que esta política también puede contraer la oferta laboral, el impacto sobre el desempleo es ambiguo.