Junta Directiva del Banco de la República presenta Informe al Congreso - Julio de 2008

Fecha de publicación:
13:03

El Banco de la República entregó hoy el segundo Informe de la Junta Directiva de este año al Congreso. En él, el Banco hace un diagnóstico objetivo de la situación económica del país, partiendo del análisis del contexto externo que enfrenta actualmente la economía colombiana. Luego se estudia el comportamiento reciente de la inflación y el crecimiento, junto con la situación de empleo y sus perspectivas. El resto del informe presenta en detalle la política monetaria y cambiaria, muestra los resultados fiscales y el comportamiento de las reservas internacionales, y finaliza con un reporte sobre la situación financiera del banco.

A continuación se hace un resumen de los principales aspectos del Informe relacionados con la situación macroeconómica y la política monetaria.

La inflación anual se aceleró durante el primer semestre del presente año al alcanzar un nivel de 7.2%, superior al 5.2% del año anterior. Así, se aleja del rango meta de 3.5% a 4.5% fijado por la Junta  para el 2008.

Por su parte, el  PIB, luego de 4 años de crecimiento históricamente alto, se desaceleró durante el primer trimestre al crecer 4.1%, frente a 8.4% del último trimestre de 2007. El crecimiento del primer trimestre se compara favorablemente con el promedio histórico trimestral desde 1978 (3.8%).

Estos resultados se explican por una combinación de factores internos y externos, entre los cuales se destacan: i) los efectos de la política monetaria reciente, ii) los efectos de los aumentos de los precios internacionales del petróleo, las materas primas y los alimentos; iii) los aumentos en las expectativas de inflación, y iv) algunos eventos puntuales como el menor número de días hábiles (la semana santa cayó este año en marzo),  la huelga de Cerromatoso (entre el 27 de febrero y el 31 de marzo), y el retraso en la contratación de obras por parte de las entidades territoriales asociado al cambio de alcaldes y gobernadores. Este último factor incidió de manera importante en la construcción de obras civiles y en la reducción del crecimiento de la inversión. Excluyendo el rubro de obras civiles, el crecimiento del PIB durante el primer trimestre habría sido de 5.1%.

La inflación empezó a mostrar una tendencia creciente desde mediados del año 2006, cuando la fortaleza de la demanda agregada impulsó a la actividad económica, rápidamente por encima de la capacidad productiva. Desde abril de 2006, la Junta, al percibir esta tendencia,  inició un ciclo de incrementos en la tasa de interés y estableció un encaje marginal. Con ello buscaba evitar que un crecimiento insostenible de la demanda condujera a un aumento permanente de la inflación, fragilidad financiera y vulnerabilidad externa. La política ha sido efectiva en moderar el crecimiento del crédito y la demanda agregada en beneficio del buen funcionamiento de la economía colombiana.

Los mayores precios internacionales de las materias primas y los alimentos se han transmitido a los precios al consumidor, reduciendo el ingreso disponible de los hogares y afectando la demanda de otros bienes, especialmente los de origen  industrial. Por otra parte, la elevación de los precios internacionales de las materias primas ha encarecido los costos de las empresas. Esto, aunado a la aceleración del crecimiento de los salarios, se ha reflejado en un rápido aumento de la inflación al productor. Estos hechos explican simultáneamente la aceleración de la inflación y la desaceleración de la actividad económica.  La apreciación del peso moderó los anteriores efectos en el año 2007, pero ha sido insuficiente para mitigarlos significativamente en lo corrido del presente año.

Los cambios en los precios relativos de las materias primas tienen un efecto adicional sobre la economía colombiana. El país, al ser exportador neto de dichos bienes,  se beneficia de la mejora de sus precios, lo cual aumenta el ingreso nacional, estimula la demanda y  genera presiones inflacionarias. Este último efecto puede ser mitigado por la apreciación derivada de los mayores precios de nuestras exportaciones.

Las expectativas de inflación a corto, mediano y largo plazo, han aumentado con la inflación  y se sitúan  por encima de la meta de inflación de largo plazo anunciada por la Junta (2% - 4%).  Hay indicios de que las mayores expectativas de inflación se han empezado a transmitir a los precios  de algunos bienes distintos de petróleo y alimentos. Adicionalmente, han encarecido la deuda de largo plazo del gobierno y podrían también encarecer la de otros sectores como el de la vivienda.

En síntesis, la economía colombiana se caracteriza en la actualidad por: i) una desaceleración del crecimiento del PIB y la demanda agregada a partir de niveles históricamente altos; ii) aumento de la inflación y de las  expectativas de inflación, explicado principalmente por los choques de precios del petróleo y los alimentos; iii) indicios de que las presiones de costos y las expectativas de inflación se pueden estar empezando a transmitir a otros precios; y iv) tasas de interés del Banco de la República que, en términos reales,  se encuentran  alrededor de su promedio histórico, y  cuyos ajustes han sido atenuados por los aumentos de la inflación y de las expectativas de inflación.

En las anteriores circunstancias, retornar a niveles menores de inflación resulta más conveniente hoy cuando el producto y la demanda se encuentran en niveles históricamente altos y las presiones de costos y expectativas de inflación no se han transmitido totalmente a los precios. Posponer este ajuste implica el riesgo de hacerlo en condiciones menos ventajosas, cuando las presiones de costos y expectativas se hayan transmitido a todos los precios, la actividad económica sea menos fuerte y el contexto  externo sea menos favorable. En ese momento la reducción de la inflación sería más costosa en términos de tasas de interés, empleo y producción. Esta fue la lección aprendida por los bancos centrales en los años setenta.

Finalmente,  la situación económica internacional se caracteriza por una gran volatilidad e incertidumbre. La crisis financiera en los Estados Unidas genera temores de recesión, mientras que el alza del precio del petróleo y otras materias primas puede forzar aumentos de las tasas de interés externas. Lo anterior crea gran incertidumbre sobre el futuro de los términos de intercambio, la inversión extranjera directa, la demanda externa y la disponibilidad de crédito externo. La Junta ha respondido ante esta situación reduciendo la vulnerabilidad de la economía en dos frentes: i) atenuando el crecimiento de la demanda agregada, manteniéndolo en niveles sostenibles, y ii) aumentando el saldo de las reservas internacionales mediante subastas de opciones de acumulación y  de compra directa de divisas.

Bogotá, agosto 1 de 2008 (1:03 p.m.)