Resumen de la intervención del Dr. Miguel Urrutia Montoya, en la sesión plenaria del Senado celebrada el 22 de agosto de 2000.

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Como todos los bancos centrales del mundo, el Banco de la República tiene la obligación de regular la liquidez de la economía, haciendo emisión o contracción monetaria. El Banco debe garantizar una expansión monetaria compatible con el crecimiento esperado del producto y con la meta de inflación. El mecanismo principal por el cual se amplía la liquidez son las Operaciones de Mercado Abierto, las cuales de acuerdo con la Ley 31 de 1992 deben hacerse exclusivamente con títulos de deuda pública.

 

El Banco ha hecho amplia difusión de los procedimientos y reglas que sigue para irrigar liquidez. Diariamente los participantes en los mercados reciben información sobre los montos, plazos y tasas de las operaciones REPO, o de las compras definitivas de títulos por medio de las cuales el Banco expande la liquidez de la economía. Esta información puede ser consultada por el público en general, en la página de Internet del Banco de la República: www.banrep.gov.co. Las personas interesadas pueden consultar en dicha página del Banco (a través de los comandos: Información económica - estadísticas - sector financiero - OMAS) todo lo relacionado con dichas operaciones, así como los anuncios de futuras subastas.

 

Las operaciones de respaldo al sector financiero y de apoyo de liquidez a las entidades que así lo requieren también siguen unas reglas claras y están explícitamente dentro de las responsabilidades que asignan la Constitución y las leyes al Banco de la República. Estas operaciones, por definición, están encaminadas a la protección del sistema de pagos y de los ahorros del público, es decir, defienden los intereses de millones de colombianos que tienen depósitos en el sistema financiero nacional.

 

En el caso específico de la adquisición de títulos Fogafín-Banca Pública, el pasado mes de marzo, dicha medida no sólo fue pública y transparente, sino que se trató explícitamente, de manera destacada, en el informe que presentó la Junta Directiva al Congreso ese mismo mes, en un párrafo que conviene recordar:

 

“Con el propósito de facilitar la reestructuración y saneamiento de los bancos públicos, programa gubernamental dentro del cual se cuenta el reciente desmonte de las operaciones del BCH, el Banco de la República adquirió recientemente títulos de Fogafín por la suma de $498.800 m. Dichos títulos, conocidos como Títulos de Fogafín – Banca Pública, fueron emitidos en 1999, y serán recomprados por el Fogafín dentro de los próximos 20 meses. La medida tiene importantes efectos sobre el mercado interbancario. Como algunos bancos públicos, especialmente el BCH, venían experimentando dificultades de acceso al mercado interbancario, las tasa de colocación de los REPO estaban registrando variaciones significativas, sin que ello correspondiera a las condiciones de liquidez de la economía. Con la compra de los títulos mencionados por parte del Banco de la República, se ha otorgado a los bancos públicos una fuente importante de liquidez permanente”. (Informe de la Junta Directiva al Congreso de la República, Marzo de 2000, p.41)

 

Por lo anterior, no puede calificarse la compra de los citados títulos como “clandestina” ya que dicha operación fue compatible con el programa monetario y con las normas vigentes, y sus condiciones fueron ampliamente conocidas por el público. El Banco tiene gran interés en que todos los agentes conozcan la forma como opera la política monetaria. En el caso específico de las compras y ventas de títulos de deuda pública considera que la difusión de las operaciones es fundamental, pues ella es condición indispensable para el buen funcionamiento de los propios mercados que utiliza para cumplir esta tarea.

 

Bogotá, Agosto 22 de 2000