La Junta Directiva del Banco de la República presenta el Informe al Congreso de la República - Marzo de 2011
El Banco de la República entregó hoy el primer Informe de la Junta Directiva al Congreso de este año.
El Informe describe el desempeño de la economía mundial y la colombiana durante 2010 y las perspectivas para 2011. Con respecto a la primera, el Informe destaca que durante el año anterior la economía mundial avanzó en su proceso de recuperación al alcanzar una tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) alrededor del 5% anual. No obstante, señala que dicha recuperación ha sido desigual entre regiones y países del mundo. Las economías emergentes lideradas por Asia y seguidas por América Latina, se constituyeron en el motor de la actividad económica mundial al lograr un crecimiento promedio de 7,1% en 2010. En cuanto a las perspectivas para 2011, el Informe llama la atención sobre los riesgos relacionados con la tensión que aún existe en los mercados financieros, el incierto desenvolvimiento del problema de la deuda en algunos países europeos, la reacción de las economías ante el retiro de los estímulos monetarios, los nuevos choques a los precios del petróleo que han alcanzado niveles superiores a lo esperado, y los eventos recientes en el Japón, que pueden repercutir negativamente en el crecimiento y comercio global en el corto plazo.
Con respecto al desempeño de la economía colombiana, la Junta Directiva subraya que ésta continúa ganando fuerza. A pesar de que durante el tercer trimestre de 2010 se presentó un bajo crecimiento de la inversión ante las caídas registradas en la construcción de edificaciones y en las obras civiles y el efecto de la ola invernal que redujo los volúmenes de producción de algunos productos básicos de origen agrícola, la economía colombiana alcanzó un crecimiento de 4,3% en 2010, principalmente impulsado por el dinamismo de la formación bruta de capital y el consumo de los hogares y del Gobierno. La confianza del consumidor ha vuelto a subir y el mercado laboral muestra signos de mejora debido al mayor nivel de actividad económica y los mejores indicadores de confianza empresarial. Para 2011, el equipo técnico del Banco estima un rango de crecimiento para la economía colombiana entre 3,5% y 5,5%, dando mayor probabilidad a un resultado alrededor del punto medio.
La política monetaria ha sido un factor de estímulo para la recuperación de la actividad económica, al mantener una postura expansiva desde 2009. La tasa de intervención del banco, que se situaba en 3,5% al comienzo de 2010, fue reducida en 50 puntos básicos en el mes de abril y se mantuvo en el nivel históricamente bajo de 3% durante todo el año. Esto contribuyó a que las tasas de interés de las distintas modalidades de crédito también alcanzaran niveles históricamente bajos, lo que se reflejó en un comportamiento positivo de las carteras de consumo, comercial e hipotecaria del sistema financiero, incidiendo favorablemente en la recuperación del consumo de los hogares, la inversión empresarial y la compra de vivienda.
En el contexto del crecimiento previsto para 2011, la Junta Directiva ha considerado oportuno y prudente comenzar a hacer un retiro gradual del estímulo monetario. Ello contribuirá a que el crecimiento económico sea sostenible en el marco de una inflación baja y estable acorde con el rango meta de largo plazo. Además de la estabilidad de precios, la normalización de la política monetaria permitirá prevenir el sobreendeudamiento del sector privado, la excesiva exposición al riesgo por parte del sector financiero y la formación de burbujas en el precio de los activos, fenómenos todos riesgosos para la sostenibilidad del crecimiento económico, como lo demostró la reciente crisis económica de los Estados Unidos.
El Banco de la República también ha mantenido una política activa en el frente cambiario. En marzo de 2010 la Junta Directiva decidió reanudar la compra de reservas mediante subastas competitivas diarias de US$20 millones (ante indicios de desalineamiento de la tasa de cambio), las cuales se extendieron hasta el 30 de junio de 2010, periodo en el cual se acumularon US$1.600 millones y la tasa de cambio se devaluó 0,9%. Posteriormente, el 15 de septiembre de 2010 el Banco reinició el programa de acumulación de reservas, anunciando que realizaría compras diarias de por lo menos US$20 millones mínimo durante 4 meses, periodo que se extiende bajo ese esquema al menos hasta el 17 de junio de 2011 sin comprometer el logro de las metas de inflación. Durante los últimos seis meses (hasta mediados de marzo) el peso colombiano se ha devaluado 5,7%, mostrando un comportamiento contrario al de las demás monedas de la región que, a excepción del peso argentino, han continuado apreciándose. Esto sugiere que la intervención cambiaria mediante subastas competitivas, junto con medidas tomadas por el Gobierno nacional, han sido efectivas en generar presiones hacia la devaluación de la tasa de cambio.
La fuerte ola invernal durante el segundo semestre, junto con el incremento en los precios internacionales de algunos productos agrícolas y mineros, impactaron los precios de los alimentos y de algunos bienes y servicios regulados, que aceleraron la inflación hacia finales del año. Sin embargo, la inflación al consumidor al finalizar 2010 fue de 3,17%, cifra cercana al punto medio del rango meta definido por la Junta Directiva de 3%. Dado el carácter tan específico del choque de precios, los indicadores de inflación básica se mantuvieron estables, situándose en la parte inferior del rango objetivo. De esta forma, la recuperación de la actividad económica y la reducción de la tasa de desempleo tuvieron lugar en un contexto de cumplimiento de la meta de inflación.
Por último, la Junta Directiva destaca la resistencia que mostró la economía colombiana a la crisis internacional y las favorables perspectivas de crecimiento a mediano plazo que ayudarán a contener el peso de la deuda pública y permitirán un mayor margen para políticas monetarias y fiscales contracíclicas. Estos fueron algunos de los principales elementos que fueron tenidos en cuenta por la firma Standard & Poor’s para mejorar la calificación de riesgo de Colombia a nivel de grado de inversión, que se traduce en un avance significativo que ofrecerá al país importantes oportunidades de desarrollo.