Recientemente, el DANE publicó los datos actualizados de estadísticas vitales del país que indican una reducción de 14,6 % en los nacimientos durante los primeros cuatro meses de 2024 frente a los mismos meses de 2023. Esta caída es más pronunciada que la caída de 11 % que se había observado en todo 2023 frente a 2022, o la caída de 7 % que se observó en 2022 frente a 2021. Por otro lado, el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), con base en datos de Migración Colombia, ha estimado migraciones netas negativas de alrededor de 550 mil personas en 2022 y 450 mil en 2023, sin contar la migración irregular.
La caída observada de los nacimientos implica una caída sin precedentes en la fecundidad de la población colombiana que, aunada a la emigración, implica que la población colombiana habría caído en 2022 por primera vez en la historia reciente y probablemente lo habría hecho también en 2023. Valga añadir que el DANE aún no ha incorporado estos nuevos datos a las tablas de población proyectada del país, las cuales prevén que el crecimiento de la población se hace negativo por primera vez en 2052.
Dada la importancia de la estructura demográfica del país para el entendimiento de su macroeconomía, en esta entrada del Blog Banrep se presenta un ejercicio sencillo que da una idea de la magnitud de los cambios demográficos recientes sobre las proyecciones de crecimiento poblacional. Para ese fin, se consideran diferentes escenarios en los que varía principalmente la persistencia de la caída en la tasa de nacimientos. Esta tasa corresponde al cociente entre la cantidad de nacimientos de un año y la población calculada al final del año anterior.
El Gráfico 1 presenta los escenarios considerados para la evolución de la tasa de nacimientos hasta 2070. Se consideran cuatro escenarios a partir del escenario inicial (E0, línea azul), que corresponde a las proyecciones actuales del DANE. Como ya se indicó, estas proyecciones están desfasadas de los datos observados desde 2020 cuando la proyección del DANE implica una tasa de natalidad de 1,5 % contra una tasa observada de 1,27 %. Para 2023, la tasa de natalidad proyectada es 1,39 %, que es superior a la tasa observada de 0,99 %.
Los escenarios alternativos (E1 a E3) toman en cuenta los datos observados de natalidad hasta abril de 2024. El primer escenario (E1, línea roja) supone además que el ritmo actual de caída de los nacimientos es temporal y se revierte en los años 2025 y 2026. Posteriormente, la caída continúa al mismo ritmo que el DANE había proyectado originalmente. Es importante señalar que la experiencia internacional no muestra reversiones de esta magnitud en la caída de la tasa de natalidad.
El segundo escenario alternativo (E2, línea verde) incorpora los datos observados, pero supone que la caída temporal no se revierte, sino que retorna de inmediato al mismo ritmo de caída que el DANE había proyectado originalmente. El tercer escenario alternativo (E3, línea negra) supone que la caída de la natalidad es un fenómeno persistente y, como consecuencia, el ritmo de caída de los nacimientos es durante varios años mayor que el originalmente proyectado, antes de estabilizarse.
Gráfico 1. Tasa de nacimientos
Los anteriores escenarios de tasas de nacimientos, junto a las proyecciones de las tasas de muertes y de migración neta, nos permiten calcular los correspondientes escenarios para las proyecciones de crecimiento poblacional. El Gráfico 2 presenta esos escenarios y agrega uno más (E4, línea amarilla), que adiciona al escenario E3 una tasa de migración neta negativa de -0.8 % y la mantiene negativa durante algunos años, pero convergiendo rápidamente (en menos de 10 años) a cero. Esta tasa de migración neta corresponde a 400.000 personas en 2022 que es similar al dato observado y que el DANE aún no incorpora en sus estimaciones de población.
Como puede verse en el Gráfico 2, la población tiene un pico de crecimiento en 2019 que corresponde al punto máximo estimado de migración venezolana, que desde entonces se estima que decrece. Es importante señalar que el grueso de la migración de venezolanos es irregular y no se registra oficialmente. En años recientes, esta migración irregular incluye además flujos de personas que entran de regreso desde otros países de Suramérica o que migran hacia Norteamérica por el Darién. Dada la falta de datos, el impacto de estos flujos irregulares no hace parte del presente análisis.
El gráfico muestra las proyecciones de crecimiento de la población bajo los distintos escenarios descritos. En las proyecciones originales E0 se espera que el decrecimiento poblacional comience en 2052. En los escenarios alternativos E1, E2, y E3, este comenzaría, respectivamente, en los años 2043, 2032 y 2027. En el escenario E4, que incluye los datos de migración y es el más cercano a los datos observados hasta 2024, el decrecimiento habría comenzado desde 2022, es decir 30 años antes de lo esperado en las tablas actuales de población del DANE.
Gráfico 2. Tasa de crecimiento poblacional
Las tasas ilustradas en el Gráfico 2 son tasas de cambio anuales, cuyo efecto se acumula en el tiempo. Así, la población total en 2050 varía entre 53,9 millones en el escenario alternativo E1 y 45,4 millones en el escenario E4. Es importante además aclarar que estos cálculos no son pronósticos, sino cuantificaciones de escenarios hipotéticos a partir de los datos observados y que dan idea de la magnitud del riesgo demográfico que enfrenta el país en las próximas décadas.
El ejercicio presentado es además un ejercicio agregado simple, en el que no se hacen cálculos desagregados de la natalidad por cohortes etarias. Un ejercicio más completo modelaría la evolución de la fecundidad de cada cohorte e incorporaría información sobre la estructura demográfica de la población migrante. Adicionalmente, se deberían tener en cuenta cambios posibles en la mortalidad que quizá mitiguen el impacto negativo de la natalidad sobre el total de la población, pero aumenten su envejecimiento.
El estudio detallado de estos aspectos de la transición demográfica actual hace parte de una agenda de investigación del Banco que apunta a entender algunos de sus impactos en el comportamiento de la economía. En particular, se espera que la transición demográfica tenga efectos sustanciales sobre la capacidad productiva de la economía, las finanzas públicas, y la demanda de bienes públicos, por lo que debe ser una preocupación central de la política pública.