Curva de Beveridge
La curva de Beveridge es la representación gráfica de la relación entre la tasa de vacantes y la tasa de desempleo. La posición de la curva de Beveridge con respecto al origen depende de la eficiencia del mercado laboral en lograr la coincidencia entre los empleos ofrecidos por las firmas y los trabajadores disponibles. Aumentos en dicha eficiencia trasladarán la curva de Beveridge al interior, de tal forma que para un mismo nivel de vacantes la tasa de desempleo sea menor.
La curva de Beveridge tiene, por lo general, una forma descendente. Esto indica que cuando la tasa de desempleo es alta, hay pocas vacantes de empleo en el mercado laboral como reflejo de una baja demanda laboral, y cuando la tasa de desempleo es menor, hay más vacantes disponibles.
La curva de Beveridge es una herramienta importante para caracterizar el mercado laboral y su posible impacto en los precios de la economía. Por ejemplo, durante épocas de buen desempeño económico, el desempleo tiende a ser bajo y las vacantes altas lo que se conoce en la literatura como un mercado laboral “estrecho”, es decir, un entorno caracterizado por un exceso de puestos vacantes (excesos de demanda de trabajo) en relación con el número de desempleados. Un mercado estrecho puede generar presiones inflacionarias vía mayores salarios que permitan atraer los pocos trabajadores disponibles. Al contrario, en épocas de desaceleración o recesión, el desempleo tiende a acentuarse y al tiempo las firmas suelen tener menos puestos vacantes. En este caso, el mercado laboral se catalogaría como “holgado”, ya que habría muchos desempleados (exceso de oferta de trabajo) con pocas vacantes por desempleado, lo que podría sugerir presiones desinflacionarias provenientes de los salarios.