14 de julio de 2000

En la reunión mensual de la Junta Directiva del Banco de la República en la cual se evalúa el comportamiento de la inflación, la corporación registró con satisfacción el resultado del índice de precios en el mes de junio, el cual se redujo 0.02%. Esta es la primera inflación negativa durante los últimos 12 años. Al incorporar este resultado, la inflación anual a junio fue de 9.7%, inferior a la de un mes atrás (10%). Esta desaceleración es especialmente significativa, porque se produce en un contexto de recuperación de la actividad económica, tal como lo informó el DANE para el primer trimestre y lo sugieren diversos indicadores líderes para el segundo trimestre. Lo anterior reafirma la posibilidad de lograr la reactivación de la economía sin sacrificar los avances obtenidos en materia de estabilidad de precios, propósito que constituye uno de los pilares fundamentales del programa macroeconómico actualmente en marcha.

El resultado de la inflación al concluir el primer semestre es compatible con la meta del 10% fijada para el presente año. Debido a la estacionalidad de la inflación, este hecho no parecía claro para la opinión pública durante el primer trimestre. Sin embargo, dicha estacionalidad era un fenómeno previsto que ahora se refleja en las cifras. De hecho, la variación de precios acumulada para el primer trimestre (5.4%) fue mucho mayor que la observada en el segundo (1.5%). Esta disparidad en la evolución de la inflación se originó en factores transitorios relacionados con el ciclo de precios de los alimentos, así como reajustes en los precios de la gasolina y de algunos servicios públicos y financieros, que se dieron con mayor intensidad en el primer trimestre. Tal como viene ocurriendo desde mayo, estos factores tendrán menor influencia en la segunda parte del año.

La Junta permanecerá alerta sobre posibles presiones inflacionarias que puedan manifestarse en el próximo año. La tarea de la autoridad monetaria consiste en anticiparlas y enfrentarlas a tiempo. Algunas de ellas ya han sido identificadas. Tal es el caso del mayor ritmo de devaluación registrado durante los últimos meses, que a través del encarecimiento de los productos importados podría inducir reajustes en el nivel de precios a medida que la recuperación de la demanda agregada lo permita. Igualmente, el rápido crecimiento de ciertos agregados monetarios, como ha venido ocurriendo con la base monetaria y los medios de pago (M1) -a raíz del fuerte incremento de la demanda de efectivo y cuentas corrientes- podría constituir a mediano plazo otro elemento de presión al alza de precios.

El reconocimiento oportuno de factores como los antes mencionados, y la evaluación técnica de sus posibles efectos a través de modelos de proyección, ha permitido a la Junta Directiva del Banco de la República adoptar las medidas necesarias para prevenir que tales presiones surtan efecto. La Junta continuará manteniendo esta actitud vigilante, para asegurar que la inflación del 2001 no supere el 8% y consolidar así lo que hasta el momento se viene logrando: conseguir la recuperación económica en un ambiente de estabilidad de precios.

Con base en estas consideraciones la Junta Directiva no modificó la estructura ni los niveles de sus tasas de interés de intervención.

Bogotá.